domingo, 9 de marzo de 2014

¿(Hiper)documentados?

El proyecto educativo, el programa curricular y el proyecto lingüístico, todos ellos de centro. La programación general y la memoria, éstas anuales. Los informes de evaluación y las actas de asignatura, grupo y ámbitos. Los listados de asistencia y la agenda de tutoría, con sus correspondientes calendarios e informes de seguimiento, a los que se suma la memoria final. El reglamento de régimen interno (de evidentes connotaciones carcelarias), ahora transformado en normativa de funcionamiento. Los datos de inspección (del primer, segundo y tercer trimestres, por supuesto). Los boletines de calificaciones y los informes de incidencias. Más informes, esta vez de matrículas, también cada trimestre. Expedientes e historiales académicos del alumnado, con documentos nacionales de identidad, fotografías, libros de escolaridad y documentos varios. Formularios de solicitud de títulos y libros de registro de los mismos. Si eres director, pues eso, el programa de dirección. Documentación del personal: justificantes, instancias de solicitud de permisos e incidencias varias (infinitas, de hecho). Actas de claustro, comisiones y equipos de trabajo. Más justificantes, esta vez de alumnos (algunos inverosímiles). El plan de formación del profesorado. Unidades y guiones didácticos. Protocolos de seguridad y de prevención de riesgos. Procedimientos de evaluación interna y protocolos de revisión del proyecto educativo, del programa curricular y, cómo no, también de proyecto lingüístico. El plan de entorno y el de convivencia, con sus calendarios y proyectos específicos. El plan de acción tutorial (y sus actas, informes y documentos derivados). El plan de autonomia de centro (y, perdón por la insistencia, sus actas, informes y documentos derivados). La previsión de alumnos del año que viene, en excel, word y pdf. Presupuestos: el menguado en vigor y el menguante del año que viene. El plan de orientación y la documentación correspondiente: guía, agenda, informes y recursos. El Consejo escolar: cartas de convocatoria, actas de reunión, informes específicos y documentos de modificación de miembros. La estadística de centro: aceptación de la oferta, asistencia, absentismo y resultados... Lo dejo aquí, que tengo que preparar unas clases... Solo una cosa más, ¿#estamoslocosoqué?


6 comentarios :

  1. ¡Cuánta razón! Recomiendo leer esta entrada con esta canción de fondo: http://youtu.be/BUKHMGiW_rY

    Saludos ;)

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  2. Jajajaja ¡Gran banda sonora, Alberto! ¡No lo había pensado! En fin... Un saludo!

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  3. Genial el post, Ramón. Lo más triste de todo es que no es un chiste ni una parodia...es real como la vida misma. Y otra cosa: ¿cuánta información de toda esta que recoge la escuela sobre la educación de los niños llega a los padres? Un boletín de calificaciones del 1 al 10 cada tres meses...Flipante!!

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  4. ¡Cierto Beatriz! No sé cuál debe ser la solución, pero el panorama "burrocrático" es de escándalo... A veces la sensación de pérdida de tiempo es tan fuerte... En fin, seguimos...
    ¡Gracias y un saludo!

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  5. Una realidad muy bien descrita, nada mas leerla me he estresado. Detrás de un papel siempre hay otro documento esperando.

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  6. Perdón por el estrés, Rosa. ;) Sí, la verdad es que es un no parar...
    ¡Hablamos!

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